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sábado, 19 de noviembre de 2011

ADN, Diseño inteligente - Somos HIjos de Dios

Muchos evolucionistas salen de vez en cuando con la afirmación de que monos y humanos comparten el 99% de su información genética y que esto es prueba de la evolución. Esta afirmación evolucionista se centra principalmente en los chimpancés, y defiende que esta criatura es el mono más parecido al ser humano, y que por este motivo existe un parentesco entre ellos. Sin embargo, esta prueba es falsa y ha sido proporcionada por los evolucionistas que
pretenden aprovecharse de la falta de información de las personas que no están familiarizadas con este tema.
Decir que existe una similitud del 99% es propaganda engañosa
Durante mucho tiempo, el coro evolucionista ha estado propagando la tesis sin fundamento de que hay muy poca diferencia genética entre humanos y chimpancés. En todos los artículos evolucionistas se pueden leer frases como»somos idénticos en un 99% a los chimpancés« o "sólo un 1% de ADN nos convierte en humanos". Aunque no se ha hecho ninguna comparación conclusiva entre los genomas de humanos y chimpancés, la ideología darvinista les ha llevado a asumir que hay muy poca diferencia entre las dos especies. Un estudio de octubre del 2002 reveló que la propaganda evolucionista sobre este tema es, como en muchos otros, completamente falsa. Los humanos y los chimpancés no son "idénticos en un 99%", tal y como predica el cuento evolucionista. La similitud genética es, en realidad, de menos del 95%. En
una noticia divulgada por CNN.com, titulada "Humanos y chimpancés son más diferentes de lo que se pensaba", se puede leer lo siguiente:
Según un estudio genético reciente, hay más diferencias entre los chimpancés y los seres humanos de lo que se creía en un principio.
Los biólogos han defendido largamente que los genes de los chimpancés y de los seres humanos son idénticos en aproximadamente un 98,5%, pero Roy Britten, biólogo del Instituto de Tecnología de California, dijo en un estudio publicado en el 2008 que tras comparar los genes mediante un nuevo sistema resulta que la similitud genética entre humano y chimpancé es sólo
de un 95%. Britten se basó en un programa informático con el que comparó 780,000 de los 3000 millones de pares básicos en la hélice del ADN humano con los del chimpancé. Encontró más faltas de correspondencia que los investigadores anteriores, y concluyó que al menos un 3,9% de las bases de ADN eran diferentes.
Esto le llevó a la conclusión de que hay una diferencia genética fundamental de entre3% y 5% entre estas especies. New Scientist, una revista líder en ciencia y ferviente defensora del darwinismo, publicó el fragmento siguiente en un artículo titulado "La diferencia entre ADN humano y de chimpancé se triplica":
Según nuevas comparaciones del ADN humano y de chimpancé, somos más únicos de los que se creía anteriormente. Se ha defendido durante mucho tiempo que compartimos el 98,5% de nuestro material genético con nuestros parientes más próximos, pero parece que esta información es errónea. De hecho, compartimos menos del 95% de nuestro material genético, lo que significa que la variación entre nosotros y los chimpancés es 3 veces mayor de lo esperado.
El biólogo Boy Britten y otros evolucionistas continúan evaluando el resultado desde el punto de vista de la teoría de la evolución, pero en realidad no hay ningún motivo científico para ello. Ni el registro fósil ni los datos genéticos o bioquímicos respaldan la teoría de la evolución. Al contrario, las pruebas muestran que las diferentes formas de vida aparecieron en la Tierra bastante de repente y sin ningún ancestro evolutivo, y que sus sistemas complejos demuestran la existencia de un »diseño inteligente«.
¡El ADN humano también se parece al del gusano, al del mosquito y al de la gallina!
Además, las proteínas básicas mencionadas más arriba son moléculas vitales comunes, presentes no sólo en los chimpancés, sino también en muchas criaturas vivientes completamente diferentes. La estructura de las proteínas en todas estas especies es muy similar a la de las proteínas presentes en los seres humanos. Por ejemplo, los análisis genéticos publicados en New Scientist revelan que hay un 75% de similitud genética entre los ADN de los gusanos nematodos y el del hombre.¡Esto en absoluto significa que sólo haya un 25% de diferencia entre los humanos y estos gusanos! Por otro lado, un descubrimiento que también apareció en los medios de comunicación demostraba que entre los genes de las moscas de la fruta del género Drosophila y los seres humanos hay una semejanza del 60%. Al estudiar otros seres vivos, además del hombre, vemos que no hay una relación molecular como la que postulan los evolucionistas.Este hecho muestra que el concepto de semejanza no es una prueba para la evolución.
"Diseño común": Por qué hay semejanzas
Sin duda es natural que el cuerpo humano contenga algunas similitudes moleculares con otros seres vivos, ya que todos están hechos de las mismas moléculas, utilizan las mismas agua y atmósfera, y consumen alimentos formados por las mismas moléculas. Ciertamente, sus metabolismos, y consecuentemente sus estructuras genéticas, tienen que parecerse. Sin embargo, esto no es una prueba de que evolucionaran a partir de un antepasado común.
Este "material común" es el resultado no de una evolución, sino de un "diseño común", es decir, del hecho de que su existencia fue diseñada por un mismo plan. Es posible explicar este tema con un ejemplo: todas las construcciones del mundo se hacen con los mismos materiales (ladrillo, hierro, cemento, etc.). Esto, sin embargo, no significa que los edificios "evolucionen" unos de otros: se construyen separadamente usando los mismos materiales comunes. Lo mismo ocurre con los seres vivos.
Sin embargo, está claro que la complejidad de la estructura de los seres vivos no se puede comparar con las diferencias que hay entre dos puentes.La vida no se originó como resultado de coincidencias inconscientes como defiende la evolución, sino por la creación de Dios, el Todopoderoso, poseedor de infinito conocimiento y sabiduría.

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